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CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 24 de mayo de 2013cermi.es semanal Nº 80

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Reportaje

La discapacidad en Ceuta y Melilla

Tan cerca, tan lejos

22/05/2013

Blanca Abella

La distancia no siempre es un obstáculo. Sin embargo, en el caso de las personas con discapacidad de Ceuta y Melilla es una cuestión que ha condicionado claramente su forma de vida. El obstáculo natural que imponía el mar se va salvando gracias a la adaptación de los transportes que usan ceutíes y melillenses para alcanzar la península.

Sin embargo, la dependencia que estas ciudades autónomas tienen de la Administración del Estado es también una condición a veces complicada.  La discapacidad se va adaptando a estas realidades gracias a la cercanía y las buenas relaciones con los responsables locales.

El viaje obligado a la península ya resulta incómodo y provoca una sensación importante de desarraigo, pero se convierte en una tarea difícil si además hay que sortear, increíblemente, unas barreras físicas que impiden que una silla de ruedas se suba a un barco, por ejemplo.

Un asunto tan simple, aparentemente, es de vital importancia para muchos ciudadanos españoles, para los ceutíes y melillenses. Pero además de la distancia física, ambas ciudades autónomas acusan los problemas de la distancia institucional, la lejanía de aquellos que gestionan sus vidas. Y así lo explica Carlos Esteban, vicepresidente de CERMI Melilla: “Hay que seguir las premisas de Madrid; la Ciudad Autónoma no tiene capacidad para gestionar unos recursos que son de la Administración del Estado, quien gobierna realmente Ceuta y Melilla es el Gobierno central; lo que diga Madrid es lo que se hace”. Y explica: “Los recursos tanto en educación, como en sanidad, al depender de Madrid son más difíciles y, aunque la voluntad política de los dirigentes de Melilla es buena, dependen del Gobierno de la nación, las consejerías hacen lo que buenamente pueden”.

Ambas Ciudades Autónomas cuentan con un estatuto que no les confiere competencias sobre servicios básicos: educación, sanidad, servicios sociales y autonomía personal y dependencia entre ellos, ni capacidad legislativa. Por ello, el resultado es un marco legal menos complejo, pero también escaso a veces, que limita notablemente la capacidad de autogobierno de ambas ciudades, el desarrollo normativo y la gestión de servicios relacionados con el bienestar. Tal y como se destacaba ya en el ‘Estudio sobre la situación y necesidades de las personas con discapacidad en las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla’, realizado por el CERMI con el apoyo del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, en 2010.

Encabezan, además, los territorios con mayor tasa de población con discapacidad: Melilla (11,9%) y Ceuta (11,3%), Galicia (11,3%), Extremadura (11%), Castilla y León (10,9%) y Asturias (10,4%). Y según los principales resultados de dicho estudio: “el enclave geográfico, la alta densidad de población de un territorio de pequeña extensión, la presión de la población flotante demandante de servicios y la falta de recursos de atención específica a la discapacidad hacen que exista tanto en Ceuta como en Melilla una gran competencia por el acceso a los recursos sociales (educativos, sanitarios, formativos, laborales…) relacionados específicamente con la discapacidad”.

Efectos de la crisis

Sin embargo, en los últimos años, la situación ha cambiado ligeramente debido a la crisis y sus efectos sobre la población. Lo más destacado para los representantes del CERMI Ceuta y CERMI Melilla es el aumento de población. Así lo expresa Mª Luisa Villadén, presidenta del CERMI Ceuta: “Existen estadísticas, ha vuelto muchísimas gente y ha bajado en consonancia el nivel de renta y las entidades sociales están desbordadas porque hay más gente que solicita ayudas; el salario mínimo ha aumentado un montón y en prestaciones de servicios sociales”.

Carlos Esteban observa la misma realidad: “Ahora en Melilla la situación está cambiando con respecto al resto de España y es que la población general está aumentando. Hay gente que estaba trabajando fuera de Melilla y como consecuencia de la crisis, han perdido el trabajo y han vuelto a Melilla. Melilla ha tenido un subidón de población y al aumentar también aumentan las personas con discapacidad, que ya estaban atendidas en la península. Y este aumento está siendo significativo, sobre todo en el ámbito educativo y social”.

Otra de las realidades que ha sufrido importantes cambios es la aplicación de la Ley de Autonomía Personal y Atención a la Dependencia. Como dicen ellos, si se aplican recortes desde el Gobierno Central, se aplican en las Ciudades autónomas. La situación no es alarmante, pues Ceuta y Melilla podían presumir de ser los territorios que mejor estaban aplicando esta Ley, ya que ambos representantes de la discapacidad aseguran que no se tardaba más de tres o cuatro meses en hacer las valoraciones. Eso sí, las prestaciones que se concedían eran mayoritariamente económicas, ya que los servicios que se ofrecen en ambas ciudades son escasos.

“La ley de autonomía se ha convertido en la Ley de dependencia”, asegura Carlos Esteban, y añade: “Programas que se pagaban a algunas entidades para el desarrollo de la autonomía personal se han anulado; había un plan piloto con el CERMI para personas con discapacidad intelectual que gestionaba Afanias y Feaps Melilla y se cerró la última etapa y no se sabe nada de él. Todos los programas de autonomía personal que se habían puesto en marcha, han desaparecido también”.

Algo similar ocurre en Ceuta: “La autonomía personal se valoraba en tres o cuatro meses, pero cuando las prestaciones se han reducido a nivel nacional, aquí también. Eran prestaciones económicas porque aquí no hay servicios especializados. Ahora se está construyendo un centro para personas con discapacidad, aún no se ha terminado, pero aquí no tenemos centros para ingresar a personas con discapacidad, por ejemplo para personas con enfermedad mental hay un concierto con un hospital de Málaga”.

Sin embargo, para Mª Luisa Villadén el peor efecto de la crisis es el recorte en temas de educación, ya que no se había logrado alcanzar una auténtica inclusión educativa, y con los recortes las cosas han empeorado: “Tenemos bastante problema en inclusión educativa, prácticamente no existe, la ratio por aula está disparada y faltan profesionales de apoyo para que los niños estén en un aula normal; casi todos acaban en educación especial, aquí hay un centro que inauguraron hace cinco años que es una maravilla, pero lo están saturando, porque todos los niños van para allá, sobre todo los niños con discapacidad psíquica. Cuando empiezan primero o segundo de primaria, como muy tarde, los envían a educación especial”.

Esteban vive observa una situación similar en Melilla: “En el ámbito de la educación se han reducido los recursos y en los colegios, al reducirse el personal de apoyo, como logopedia, por ejemplo, y aumentar la población de niños atendidos, la atención no es la misma”.

Pero en el caso de Melilla hay un asunto que preocupa todavía más a Carlos Esteban, y así lo explica: “Se ha terminado un centro polivalente para personas con gran dependencia a finales del año pasado, un centro para personas con discapacidad física grave, hecho por el propio Imserso. Constaba de un centro de Dia para personas con discapacidad física importante y para atender el tema de la dependencia y una residencia, donde iban a alojarse las personas con discapacidad de Melilla que están repartidas por la península. Pero por diferentes motivos, unos aseguran que es por falta de dinero, otros por falta de voluntad, otros porque lo hicieron mal, el centro está terminado pero no se ha dotado ni de personal ni de material. Es una pena que se haya hecho una inversión tan grande y no se ponga en marcha. Sobre todo teniendo en cuenta objetivamente que hay gente de Melilla que está separada de la familia y no se sabe cuándo volverá. Están separados por una distancia kilométrica importante y una distancia económica también muy importante. Es un efecto directo de la crisis”.

Empleo y cercanía

En Ceuta no hay industria y apenas hay tejido empresarial, y lo que es peor, no hay oportunidades formativas para personas con discapacidad. El empleo es precario actualmente, como en el resto del país, y en el caso de la discapacidad se ha vivido un aumento del paro, pero en las mismas proporciones que el resto del país, según cuenta la presidenta del CERMI Ceuta, que añade: “en Ceuta hay pocas industrias, ahora se están implantando grandes superficies y esperamos poder contar en ellas con puestos para personas con discapacidad una vez que las tengamos formadas”.

En Melilla, los datos no son buenos, según Carlos Esteban: “Hay una tasa de desempleo de personas con discapacidad altísima, muy superior al resto de España, sobre todo porque entre la población general también es más alto el índice de paro. Aquí no hay tejido industrial, no hay primer sector, ni agricultura, ganadería, pesca ni nada de eso, con lo cual el trabajo pertenece sobre todo al sector servicios. Los planes de empleo de la administración tienen un cupo de personas con discapacidad bastante significativo, pero eso no es inserción laboral realmente, hay que impulsar la inserción laboral, es básico”.

A pesar de los problemas y las carencias en servicios sociales, empleo, educación o sanidad, ambos representantes de la discapacidad entienden que Ceuta y Melilla tienen ventajas considerables en su relación con las autoridades, como relata Mª Luisa Villadén: “Aquí tenemos acceso prácticamente directo tanto al presidente de la ciudad como a los concejales, algo que fuera es impensable. Esa ventaja la tenemos, así como la ventaja de los servicios, que por la cercanía es más fácil acceder a ellos; lo que pasa es que la ratio está disparada, pero comparado con el resto de la península no nos quejamos de la relación con las autoridades, tenemos muchísimas relación con ellos, muy directa y las subvenciones son bastante fuertes, aunque han bajado, nos apretamos todos un poco el cinturón, pero las subvenciones a las entidades de ámbito social sin ánimo de lucro es bastante grande. Al tener esa interlocución contagiamos a los políticos de lo que realmente hace falta aquí y al ser un sitio pequeño nos vemos y nos conocemos y así se sensibiliza mejor la gente”.

Y mientras, en Ceuta superan las carencias con el trabajo de las entidades sociales: “Las asociaciones estamos cubriendo prácticamente todos los servicios, pero nos faltan centros, pisos tutelados, una red de servicios… en plan formativo, refuerzo en los centros de educación para que no tengan que estar todos los niños en centros de educación especial, que no están para esto”. Y a pesar de todo, Villadén entiende que la realidad de Ceuta es positiva: “Aquí, y me imagino que en Melilla, estamos bastante mejor. Faltan muchas cosas, pero no todas”.

En Melilla también tienen una interlocución fluida con las autoridades y gran confianza en su gestión: “Algunas subvenciones que daba el Imserso se redujeron a la mitad y ahora las lleva la consejería, y esto es un avance. Lo que sí ha habido es un compromiso político de los representantes de la ciudad y es que todas las subvenciones, programas, convenios, con la administración en temas de discapacidad no se iban a reducir, como mínimo se mantiene.  Lo ha dicho el presidente de la ciudad y la consejera de bienestar social, y hasta ahora lo están cumpliendo”.

Esa cercanía les ayuda a superar otros problemas que les ha tenido durante años un poco olvidados, como el que relata Carlos Esteban: “Aquí no hemos tenido una ley de servicios sociales, porque tenía que haberla hecho el Gobierno central, del que dependemos, y hay comunidades que ya tienen la segunda ley y nosotros no hemos tenido ni la primera. La capacidad legislativa de las comunidades autónomas permite arreglar las cosas cuando se producen y nosotros, al depender de Madrid, se tarda más en determinadas cosas. Los recursos tanto en educación, como en sanidad, al depender de Madrid son más difíciles. La voluntad política de los de Melilla es buena, pero dependen del Gobierno de la nación, las consejerías hacen lo que buenamente pueden”.

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